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sábado, agosto 18, 2012

Romances Complejos. C-9

De vuelta al Lunes.

Las clases ya habían comenzado, pero Len no había llegado aún. Tomoki se percató de ello, pero no le dio mucha importancia. – Por lo menos no lo veré hoy –se dijo tranquilo. Como de costumbre, sus ojos se perdían en aquel cielo más allá de la ventana y, por un instante, sus dedos acariciaron sus labios. – Len-kun –murmuró. Entonces se topó con su rostro reflejado en aquella ventana.
– ¡Pero qué diablos! –expresó de golpe- ¿En qué estoy pensado?. Así sus ojos se apartaron de aquella ventana por primera vez y se posaron en el pizarrón. Justo en ese momento la puerta del salón de abrió. – Disculpe mi tardanza, profesor –dijo Len al cruzar la puerta. – Pase, pase, ya me lo habían informado –afirmó el profesor sonriéndole. La mirada de Tomoki se centró entonces en Len que se le acercaba.

Los ojos de Len estaban tristes, sólo miraba hacia el suelo. Tomoki no se atrevió a dirigirle palabra alguna. El día transcurrió normalmente. A la hora del almuerzo, Tomoki no se percató cuando Len salió del salón. Quiso buscarlo, pero no sabía por dónde empezar. Salió del salón y se dirigió a la cafetería a toda velocidad. No lo encontró allí.

Le preguntó a varios de sus compañeros de clase si lo habían visto, pero nadie lo había visto fuera del salón. Pensó por un instante y recordó los muchos mangas que había leído recordando también  que en ellos el personaje triste siempre iba a la azotea del instituto. Y así lo hizo, corrió a toda velocidad hacia la azotea.

– ¿Por qué insisto tanto en buscarlo? –se preguntó al verse frente a la puerta que lleva a la azotea–; ¡Se supone que no quiero saber de alguien como él!–. En ese momento la puerta se abrió ante sus ojos. La figura de Len parada frente a él una vez más con su mirada fija en sus ojos. Tomoki se sonrojó, eso te lo aseguro. Len cerró la puerta de momento y regresó hasta donde estaba sentado.

Tomoki abrió la puerta y salió a la azotea. El aire era fresco y soplaba continuamente. Len estaba sentado en el suelo junto a la puerta con el almuerzo intacto. ¿Puedo quedarme contigo? –preguntó Tomoki. Len no le respondío, solo apartó su mirada de él. Tomoki se sentó junto él y el silencio era tan molesto que hubo un momento en que intentaron cruzar palabras.

– Podríamos olvidar lo ocurrido –dijo Tomoki mirando al suelo, tal vez así sería mejor. – Discúlpame –murmuró Len–, pero yo no puedo hacer eso. Tomoki lo miró entonces.  ¡¿Cómo que no puedes?! –preguntó histérico ¡Tienes que…!–.  ¡Dije que no lo haré! –replicó Len. Lo agarró de ambos brazos y lo recostó contra el suelo colocándose sobre él. – Ya te lo había dicho ¡Me gustas!–...

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-Arigatou-

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