Romances Complejos. C-10

Hace 5 días.

Acabada ya la limpieza del salón de clases, Tomoki y Len planeaban regresar cada uno a sus respectivas casas, pero el mal tiempo tenía otros planes en mente. Las nubes se tornaron oscuras de repente y una lluvia torrencial se precipitó sobre el suelo. ¡Qué mala suerte! –expresó Tomoki al asomarse por una ventana- Y tan buen tiempo que había. Ni modo –dijo Len- No podemos quedarnos aquí tampoco. Tomoki lo miró asintiendo con la cabeza. Tomó sus cosas y juntos se dirigieron a los casilleros en la salida. Mira –dijo Tomoki al abrir su casillero-, ¡tenía un paraguas aquí! Len no dijo nada, solo miraba hacia afuera.

– Oye, Len-kun –dice Tomoki colocando una mano sobre el hombro izquierdo de Len– Ven a casa conmigo. No me atrevo a dejarte aquí solo–. Len lo miró. – No te preocupes –dijo a media voz– Yo me las arreglo–. – No, no –expresó Tomoki– Vendrás conmigo–. Sacó el paraguas del casillero y lo abrió dándose cuenta de que estaba averiado.

– Vaya –dice Tomoki tras un suspiro–, tal parece que estaremos aquí estancados–. – Por lo menos no es tan tarde –dijo Len al mirar su reloj. – Sí, es cierto –afirmó Tomoki sonriendo. Ambos se sentaron en las escaleras que estaban más próximas para esperar a que se calmara el mal clima. Estuvieron conversando un largo rato animadamente, como si se conociesen de hace mucho. Ambos reían y charlaban como si nada.

La lluvia poco a poco se fue apaciguando. El sol comenzaba a reaparecer de entre aquellas oscuras nubes que se cernían sobre el cielo de aquella tarde. – Creo que podemos irnos –dijo Tomoki al ver que había parado de llover–; ¡Me he divertido mucho contigo!–. Len se sonrojó. – Espero verte mañana –dijo a media voz. – Yo también lo espero –dijo Tomoki en respuesta.

Cuando ya se iba, Len se volvió hacia Tomoki y lo miró fijamente. – ¿Ocurre algo? –preguntó Tomoki al ver tal reacción de parte de Len. Éste se le acercó, le murmuró algo al oído y le besó en la mejilla. Huyó de ahí entonces. El rostro de Tomoki quedó inexpresivo en ese momento. Miró a todos lados esperando que nadie los hubiese visto y soltó un suspiro al no ver a nadie, pero, la verdad es que, alguien los había estado observando desde muy cerca.

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-Arigatou-