El reloj marcaba las 7:00am. Tomoki corría de aquí para allá todo apresurado. Se le había hecho tarde para la escuela. – ¡Ah! ¡Olvidé poner el despertador! –decía consternado. Senri solo se reía de él pues, como todos los días, se le había hecho tardía la salida. Tomoki se pasó apresurado a la cocina, se bebió un vaso de jugo de naranja, con el cual se atragantó. Se limpió la boca y salió corriendo fuera de su casa.
– ¡Shizuka me matará si llego tarde de nuevo! –dijo todo exaltado. Corrió lo más rápido que pudo y, como la escuela no quedaba tan lejos de su casa, llegó “a salvo”. Aunque, a decir verdad, a salvo no sería lo correcto. Mientras se dirigía al salón de clases se topó, accidentalmente con Shizuka (todos le llamaban La Jefa). El rostro de Tomoki quedó gélido del miedo.
– ¡¿Te atreviste a llegar tarde de nuevo, Tomoki-chan?! –gritó Shizuka halándole las orejas– Tendrás que quedarte hasta tarde de nuevo, ayudando con la limpieza. – ¡¿Otra vez?! –expresó Tomoki quejumbroso–; ¡Pero si me quedé toda la semana pasada!–. Shizuka lo miró fijamente. – ¿Acaso tengo la culpa? –le preguntó fríamente. El rostro de Tomoki mostraba total espanto.
– ¡Tomoki-chan es tan lindo! –se escuchó decir a una chica que estaba cerca de allí. – ¡Sí, sí! ¡Tienes mucha razón! –expresaron otras dos al unísono. Con la apariencia de Tomoki, pues, no había quien lo tomara enserio. A decir verdad, Tomoki no sabía cómo se sentía estar enamorado. Nunca una chica se había fijado en él como un chico, pero los chicos…
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-Arigatou-
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