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sábado, julio 28, 2012

Romances Complejos. C-6

Hace 4 días.

– Escuchen todos –Dijo el profesor A partir de hoy estará con nosotros un nuevo estudiante.  Soy Kagamine Len –expresó el joven Es un placer estar aquí con ustedes. En ese momento se escuchaba el murmurar de todos en la clase. Las chicas todas perdidas, los chicos recelosos. Lo habitual. Pero Tomoki solo miraba el cielo fuera de la ventana. Len se percató de ello y no dejaba de mirarle. – Hay un asiento vacío detrás de Kouta-kun –afirmó el profesor dándole la señal para que pasase a sentarse.
Se sentó justo detrás de Tomoki. Éste aún estaba distraído, su perfil era admirado por los ojos de Len que, en ningún momento, se apartaron de él. Los ojos de Tomoki brillaban, quizás por el sol, o quizás son así. Sus castaños cabellos estaban disparatados. El murmurar del resto de jóvenes aún se escuchaba, él no le dio la más mínima importancia.

Al sonar de la campana de la hora del almuerzo, Len se mantiene al margen de todos, pero muy cerca de Tomoki. De camino a la cafetería, un grupo de muchachos lo detiene y lo arriman a solas junto con ellos. – Espero que no tengas planeado jugártelas con nuestras chicas –dijo uno de ellos con tono rústico. – Yo tengo los ojos en alguien que dudo mucho les interese –replicó Len con una voz temible. El rostro de los muchachos se empalideció al escuchar esa voz del mismo que aparenta la debilidad más insólita del mundo.

Se alejó de ellos y sus ojos comenzaron la afanada búsqueda de encontrar aquella cabellera castaña. Pero no la encontró. Almorzó a solas en el tejado. El cielo estaba totalmente despejado, las pocas nubes que habían era diminutas, casi inexistente. El sol calentaba todo aquel lugar, la brisa refrescaba todo aquel lugar, a su vez. La campana sonó de nuevo, hora de volver a clases.

Len no volvió a ver el perfil del rostro de Tomoki el resto de aquel día, su mente se hundió en los números y todo aquello que le explicaban en sus clases. Sus ojos se veían vacíos  Su rostro inexpresivo era igual al de todos los que con el estaban en aquella clase. Por un momento apartó la vista del pizarrón y se topó con unos ojitos curiosos que lo miraban. Como aquella mirada se volvió muy veloz, no logró ver el rostro de quien lo miraba…

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-Arigatou-

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