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sábado, julio 07, 2012

Romances Complejos. C-3

Al día siguiente.


Era temprano en la mañana cuando Tomoki despertó. Saltó de la cama creyendo que Len estaría con él, pero no fue así. Se sentó al borde de la misma y se toqueteó los labios una y otra vez. <<“Eres…tan…lindo…”>>. Esas palabras aún hacían eco en la habitación, o tal vez se habían escapado de su cabeza. Su rostro se sonrojaba una vez más.  ¿¡Pero en qué estoy pensando!? –gritó con enojo Será mejor que me vaya. Tomó, al igual que la noche anterior, todas sus cosas y salió de la habitación casi corriendo.
Bajó las escaleras, pero él sabía que se olvidaba de algo. Len no aparecía por ninguna parte. Tomoki se pasó al recibidor y de ahí a la puerta principal, estaba cerrada. Las llaves están sobre tu cabeza –dijo Len, sentado en un sillón a sus espaldas. Tomoki lo miró por un segundo, su rostro estaba pálido, sus ojos amoratados por no dormir, su mirada estaba vacía. Tomoki se quedó callado, levantó la mirada, tomó las llaves, abrió la puerta y se fue.

– De nuevo –murmuró Len vuelvo a cometer otra de mis estupideces. Creo que debería pedirle que me perdone, pero creo que es mejor que no lo haga. Se levantó del sillón y subió las escaleras, yéndose directamente hasta su habitación. Se dejó caer sobre sus sábanas y las abrazó. – Aquí estuvo el cuerpo de Tomoki-kun –murmuró ensimismado- Quiero tenerlo. Dio vueltas sobre las sábanas una y otra y otra vez, extasiándose con sus pervertidos pensamientos, nombrándolo hasta quedar exhausto. Miró su mano: pegajosa. Su rostro mostro desapruebo, se sentía más culpable todavía. Se levantó de la cama y tomo un pañuelo de una gaveta de la mesa.

Mientras acomodaba el desorden que había causado el día anterior, se topó casualmente con algo que para él era desconocido, lo tomó entre manos y se lo llevó al pecho con grata emoción: una camisa de Tomoki. Había pasado tanto tiempo en su casa que Len le permitió darse un baño para que se sintiese mejor y continuar con sus tareas; entonces recordó que Tomoki aún llevaba puesta ropas de él, las que le había prestado en aquel momento. Se arrodilló y se asomó por debajo de la cama para buscar el resto hallando así un muy lindo jean de cómica longitud.

Colocó las prendas en la cama, como armando un rompecabezas, y se recostó junto a ellas, acariciándolas de arriba abajo, como si acariciase a una persona: a Tomoki. Allí se quedó dormido por corto tiempo, se despertó exaltado y corrió hasta el baño. Al volver a su habitación ya estaba duchado y vestido. Vio el reloj, 7:35am, sonrió y se sentó al borde de la cama. – Quiero verlo –se dijo–, aunque me diga que me odia, quiero verlo una vez más. El reloj marcaba las 8:00am cuando Len partió de su casa con una bolsa en la mano…

* * *

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-Arigatou-

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