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sábado, abril 14, 2012

Ni Sol, Ni Luna. C-5

Capítulo de Miradas Inhóspitas
Tercero…


La noche brillaba hermosa en su oscuro estambre, la luna llena se posa sobre la inmensidad del cielo nocturno dotándole su esplendor. Densuke, asomado por la ventana, admiraba intranquilo el rostro entristecido de Rin, quien estaba sentada en el techo de una casa vecina.

-Se ve tan hermosa- murmuró. –Pero… me parece que la conozco-. Apagó la luz de la habitación y se quedó asomado por la ventana. -Me sigue mirando- dijo Rin sonriéndole a la luna, pero su mirada era vacía. Densuke seguía observándola sin vacilar.

Mientras, Yahiko se duchaba tranquilamente, sin saber que Rin pensaba justamente en ese momento. La dulce voz de Rin corría por las calles con aquel dulce canto suyo. La noche poco a poco iba transcurriendo con la triste pero dulce melodía de Rin, que extrañamente llegó a oídos de alguien inesperado.

Amanece otro día de escuela, donde tal vez todo transcurra de una forma normal. Densuke, una vez más, lo había olvidado todo. Yahiko, por su parte, debido a alguna razón, no había olvidado nada, de hecho, comenzó a recordar la expresión de aquel muchacho. Rin los vigilaba a ambos desde muy cerca, aunque sus ojos observaban a un tercero. ¿Quién podría ser?

Las clases terminaron y Yahiko no deja de pensar que alguien lo observaba. –Oye, Densuke. ¿Qué tal hoy?- dijo halando a Densuke de un brazo. Este lo miró pensativo. -¿En mi casa?- le preguntó para aclararle. Yahiko le sonrió. –Si eso quieres- y diciendo esto, lo golpeó y salió huyendo.

-¿A dónde vas?- le preguntó Densuke al verlo tan alterado, Yahiko se dio vuelta. – ¡Tengo algo que hacer antes!- le respondió y siguió corriendo. -Espero encontrarte en casa- se dijo mientras corría, Rin lo veía irse velozmente, pero ella tenía otros planes muy diferentes.

Ahora que Densuke estaba solo, decidió tropezarse con él mientras caminaba.
-¡Perdona, perdona!-  dijo Densuke al hacerla caer. Rin lo haló de un brazo, haciéndolo caer sobre ella. -¡Rin!- expresó Densuke con sorpresa. Rin lo besó sin perder ni un segundo. Densuke, con el rostro enrojecido, se levantó y se hizo a un lado. -¡Aquí no! ¿Enloqueciste?-  Rin se le arrojó a los brazos.

-¡No te apartes, no me dejes!- le dijo con un tono de angustia. – ¿Has dejado de querer a Rin?-. Densuke la tomó de una mano y siguieron caminando. -¿Densuke está enojado?- preguntó Rin soltándole la mano. Densuke la abrazó sin más. Rin lo abrazó seguidamente, su sonrisa no era la misma.

-No te apartes de mí de nuevo- dijo Rin con una voz algo temible. –A fin de cuentas, tú me deseas-. Densuke la abrazó con más fuerza. Mientras, Yahiko, ya en su casa, corrió a su habitación, como buscando algo con total desespero. -¡Aquí no está!- dijo sólo con asomarse por la puerta.

Subió rápidamente al techo de la casa y comenzó a mirar a todas direcciones. -¡¿Dónde…estás?!- gritó con angustia. Su rostro era de preocupación. -¿Dónde estás…Rin?-. En ese instante, un joven lo veía desde el otro lado de la calle. Yahiko no se había percatado de ello.

-Quisiera… pero…- murmuró aquel joven bajando la mirada. De repente comenzó a correr como si alguien lo siguiese. -¡Idiota!- gritó con enojo. A la vuelta de la esquina, Rin lo esperaba un poco avergonzada. ¿Sería éste joven aquel tercero que tanto había estado observando con insistencia? ¿Quién es en verdad este chico?. Rin no lo pensó dos veces para lanzarse sobre él justo al tropezarse con él. Su encuentro ya estaba predestinado, o, tal vez fue suerte.


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-Arigatou-

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