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sábado, mayo 26, 2012

Ni Sol, Ni Luna. C-11

Capítulo del Consuelo Errado
Yahiko…



Siempre odié ser conocido como es “casa nova” entre los que me conocían, sin saber lo duro que se siente estar siempre solo.  Un título sin medalla, que idiotas. Sólo por el hecho de congeniar con una chica con mucha facilidad, para todos era una gran hazaña.
Nunca preguntaron si me gustaba una en verdad, si había alguien en mi corazón. En vez de eso, aplastaban todo lo que sentía con rumores estúpidos. Siempre había una o dos chicas enamoradas de mí, pero por una cosa u otra, nunca lograba sincerarme con nadie. No podía.


Los rumores eran como fantasmas: venían del más allá, nadie los podía detener ni eliminar. Tuve que acostumbrarme una vida con ellos. Creí que no podía enamorarme de nuevo de nadie más, pero aquel domingo fue radicalmente nuevo y diferente desde que había cambiado.

Esa chica del tejado me recordó lo mucho que deseaba a alguien, lo muy incompleto que había estado obligado a vivir. Su canto era como una sed insaciable de cariño, y su triste vos me hacía pensar que éramos exactamente iguales.

No existía nada ni nadie que consolase mi tristeza ni mi existencia, pero ella, de alguna manera, reconfortó mis sentidos. Una vez más, como hacía tiempo atrás, me había vuelto a enamorar de alguien que estaba fuera de mi alcance, de alguien que no sabía que existía.

Todo fue muy rápido, todo ocurrió de un momento a otro, donde sólo con desear algo con la mente, se volvía realidad casi al instante. La encontré en mi habitación y, aunque era la primera vez que la veía, no podía dejar de pensar que ya la había visto antes.

Su nombre o edad, nada de ella existía en mi memoria, pero su rostro rebotaba y me hacía dudar. ¿Acaso la vi en algún sueño mío? Sin lugar a duda, ella sí me conocía, pero ¿cómo era posible? El momento no era para preguntas, sino para acciones pues, yo estaba desnudo. A ella eso le gustó por cómo me miraba, y yo no desaprovecharía la oportunidad de vivir la felicidad al menos una vez en mi vida con este dulce consuelo.


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-Arigatou-

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