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sábado, junio 16, 2012

Ni Sol, Ni Luna. C-14

Capítulo de Sentidos Impulsivos
Rabia…


-¿Te arrepientes?- preguntó Yahiko al ver que Ren no proseguía. A su vez, se le aproximó para corresponderle, pero Ren retrocedió. -¡Al fin actúas como es!- expresó Yahiko con maligna sonrisa de satisfacción. Ren, por su parte, mostraba una inquietud muy extraña.
-Espero que me dejes al fin en paz- dijo al empujarlo con el hombro. Esta ve Rin no se entrometió, sólo estaba así parada observando. Yahiko salió de la cocina, sin mirar atrás, como si ya no le importase nada. Ren levantó entonces la mirada, fijándola casi enseguida, en los ojos de Rin.

-¿Fuiste tú verdad?- le preguntó sin vacilar, mientras la miraba sin siquiera pestañar. Rin, con una sonrisa le hiso un gesto con la mano, diciéndole que se acercase. Ren, con paso lento, se le fue aproximando mientras aún la miraba. –Lo perdí ¿entiendes? Lo perdí- dijo con la voz seca y triste.

Rin lo tomó entre sus brazos, secó sus lágrimas, que comenzaban a escapársele, y lo besó en la frente. –Nunca lo tuviste- le dijo al oído con una sonrisa en los labios. -A quien tienes… es a mí-. Diciendo esto, Rin buscó la manera de besar a Ren, y, como era de esperarse, éste se negó.

Rin lo soltó entonces, apartando así sus ojos de él. Ren trató entonces de salir de la cocina, pero se detuvo justo antes de atravesar la puerta. Volvió la mirada hacia Rin, quien estaba en el suelo con la cabeza sobre los brazos y entre las rodillas. No quería, pero se atrevió a acercársele de nuevo.

-Hiciste, no. Lograste hacer que me confundiera-  Le dijo con desaire. Rin no alzó la cabeza, sólo se quedó quita, como si no hubiese escuchado nada. -¿Me ignoras?- preguntó Ren abrazándola, impulsado por sus ganas de acariciar a alguien. –Escúchame, por favor-. Rin se le arrojó a los brazos.

Ren, en esa instancia, terminó abrazándola con más fuerza. Yahiko, asomado por la puerta, apretó los puños y, con la mirada fúrica, entró a la cocina. En ese instante, Ren besó a Rin impulsado por el hecho de sentir el roce de sus manos con la piel de Rin. Yahiko se tocó los labios.

Se guardó las manos en los bolsillos, fijando su mirada celosa sobre aquella romántica escena. Apartó la mirada pero volvía a pecar, era inevitable. Se daba la vuelta, pero su vista estaba empeñada en fijarse sobre ellos, sobre aquel hecho que tanta rabia y celos le causaba. Comenzaba a irritarse.

-Yo…yo quiero- murmuró colocando sus manos sobre la cabeza. –Yo quiero besarla-. Se levantó entonces, con la mirada cegada por la ira, se abalanzó sobre Ren atinándole un golpe en el rostro.

-¡Ella es mía, bastardo!- gritó al momento de golpearlo. -¡Apártate!-. De forma continua y sin descanso, lo golpeaba y pateaba, dejando que apenas y lograse respirar. Rin trató de detenerlo, pero Yahiko la empujó para que lo dejase en paz, haciendo que se golpeara fuertemente con la mesa que ahí estaba.

-¡No interfieras!- le gritó Yahiko con demencia. Ren aprovechó el instante en que Yahiko se descuidó para huir de él, pero fue un intento inútil. Yahiko lo haló del cabello y lo arrojó al suelo con fuerza. –Te detesto ¿sabías eso?- dijo con una sonrisa que espantaría a los muertos mismos.

Rin solo podía ver, no se atrevía a moverse después de la reacción de Yahiko al intentar detenerlo. Ser espectadora la estaba enloqueciendo. -Ya demostraste lo que sientes por mí- dijo Yahiko acariciándole el rostro a Ren. –Creo que ahora me toca hacer lo mismo-. Diciendo esto, comenzó a golpearlo de nuevo.

Golpe tras golpe, patada tras patada, sin un segundo de descanso; así estaba Ren, sin siquiera la oportunidad de defenderse. -¡Siente mi cólera, bastardo!- gritó extasiado mientras soltaba aquella ráfaga de golpes sobre Ren. Su rabia lo había consumido ya por completo.



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-Arigatou-

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