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Suspendido indefinidamente.

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sábado, junio 02, 2012

Ni Sol, Ni Luna. C-12

Capítulo de Entrecruzamientos
Rendición…



Hundido en su imaginación, Yahiko seguía siendo besado por Ren quien no se había percatado de que estaba siendo observado.  En ese justo instante fue cuando un trueno rezumbó en los oídos de Yahiko, haciéndolo despertar de golpe, viéndose cara a cara con Ren.
-¡¿Pero qué te ocurre!?- gritó empujando a Ren para que se alejara de él. -¡¿Acaso pensabas hacerme algo?!-. Ren le apartó la mirada. -¿Qué me hiciste?- preguntó enojado. -¿Acaso estas desviado o qué?-. Ren, estando cerca de él, volteó e hiso que Yahiko se le juntara.


Rin se levantó de golpe y los separó. -¡Detente!- gritó histérica. -¡Ya lo besaste! ¿Qué más quieres?-. Yahiko, al escucharla, se tocó los labios. -“Entonces… ese beso fue… no, no puede ser”- pensó Yahiko con el rostro lleno de asombro. Ren se dio la vuelta, dándole la espalda a Rin.


-¡Ya lo dije, no tengo interés alguno en ti!- dijo con voz recia. -¡A mí me interesa…!-. Pero Yahiko lo interrumpió colocándole una mano en el hombro. -Soy yo… ¿cierto?- dijo al azotarlo contra la puerta de la habitación. -¡Eres un maldito desviado!-. Rin lo haló para que soltase a Ren.

Lo miraba con enojo y a la vez con preocupación. -¡No te permitiré lastimarlo!- murmuró con frialdad, dejando a Yahiko desconcertado. -¿Por qué… por qué lo defiendes?- le preguntó al hacerse a un lado. –Deberías estar de mi parte-. Rin le dio la espalda.

Se arrodilló y ayudó a Ren a levantarse después de haber caído por tan fuerte golpe. –Es mi deseo- le respondió con simpleza. Yahiko se le acercó y la haló de un brazo. -¿A qué te refieres?- preguntó irritado.


-¡¿Qué hay de mí?!-. Aquella faceta de Rin no era la de siempre. Sus gestos, mirada, voz, eran más decididos, más independientes. Yahiko, al verla fijamente a los ojos, no se fió en pensarlo dos veces, ya no era la misma. -¿Acaso estás interesada en éste?-. Rin se soltó de él y se acercó nuevamente a Ren. –Sí, así es- le respondió acariciando suavemente el rostro de Ren.

-¿Algún problema con ello?-. Yahiko, al escucharla, se le estremeció el corazón y se le desvió el pensamiento quedando ahí parado, totalmente inmóvil. Ren, entonces, la miró con rudeza cruzándose de brazos. –Sólo hay un problema- dijo con una voz tan recia que, al escucharlo, Rin no se atrevió a mirarlo de nuevo.

-¿Sabes a qué me refiero cierto?- volvió a preguntar con la misma frívola voz. Rin volteó para mirarlo esta vez, arrojándose a sus brazos. -No lo menciones, no lo menciones- murmuró con lágrimas en los ojos. –No me importa la razón-. Ren la empujó para soltarse. -¡No empieces de nuevo!- expresó totalmente irritado, sudando de rabia.

–Entiéndelo, me atraen los chicos ¡no tú!-. Rin seguía engañándose a sí misma. Con lágrimas en los ojos, Rin se le fue aproximando con insistencia. Ren la rechazaba, trataba de esquivarla, pero no lograba nunca detenerla.

Su expresión era más y más latente, sus nervios estaban a punto de reventar, lo cual mostraba de una forma evidente su verdadera posición: xenofóbico. Cuando Yahiko había vuelto a “pisar tierra”, ardió en cólera al ver como Ren, ante sus ojos, besaba a Rin. Respiró profundamente y se les aproximó.

-¡Te mataré bastardo!- expresó con una voz descontrolada. Lo tomó de los cabellos y lo haló con fuerza para que dejara de besar a Rin. Aunque no la besaba, seguía preso por ella, ya que en ningún momento había dejado de ser abrazado. No hubo margen de error en sus acciones.


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-Arigatou-

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