Palabras del Autor.

Suspendido indefinidamente.

Un saludo y Gracias.

sábado, enero 25, 2014

Border Lines.

Líneas Fronterizas

«Ellos… jadean. Ambos jadean. Sus cuerpos, sus figuras, cercadas, las veo muy claramente. Tanto así que podría, inclusive, contar -una a una- las gotas del prismático sudor que les llora de sus cuerpos. Es sumamente peligroso para mi estarme aquí, tan cerca, tan próximo de ellos y de esto que, no sé, deseo ver a como dé lugar… aun cuando me lastime dentro, muy dentro, en el fondo, como por el alma.

No sabía. No tenía la menor idea, siquiera, de que los chicos pudiésemos tolerar algo como eso. Tampoco sabía cuán hermoso y obsceno y excitante podría serme el cuerpo de otro y su desnudez. Mucho menos esperaba verme a mí mismo tan lascivo, desesperado, tan al borde de lo animálico, debido, simplemente, a una desnudez ajena. En este caso, a dos. Dos figuras que hacen ese algo que no deberías hacerse, o eso dicen.

Pero los veo. Y los veo tan… no sé cómo decirlo, pero quiero sentir eso mismo que ellos, eso que les dibuja tan hermosos y placenteros gestos en el rostro… eso que los incita y obliga a estarse desnudos, el uno con el otro, tocándose, besándose, lamiéndose. Y jadean. Jadean bastante. Me avergüenza terriblemente el estarme aquí tan cerca de ello, aquí tan oculto como alimaña. Aunque detesto, verdaderamente, el no poder estar en su lugar».

*

«Está caliente. Su cuerpo está muy caliente. ¿O es el mío? ¿O es la cama? No, seguramente se trata del suyo, de él. Es su cuerpo, que ahora es el mío de tan adentro que ha llegado. Y no sé si me mira, pero enserio me acaricia, me acaricia demasiado todo el tiempo. Y lo siento más y más en lo profundo, casi desgarrándome la humanidad entera. Y son sus manos las que, en un principio, quería y nada más: pero me engañó… y caí. Caí recluso, sin remedio alguno, del impulso que me hace hombre… y no sé si sigo siéndolo a pesar de ello, a pesar de todo.

Pero es muy interesante todo éste asunto: su cuerpo y el mío, tan distintos el uno del otro, pero tan acordes, tan acompasados. Tan asonante que soy cuando me mira y no le hablo, cuando me habla y no le miro… cuando me encierra, a la fuerza, en el baño del tercer piso y me invade. Invade mi hombría y me deja ciego -porque cubro mis ojos-, y me deja mudo -porque aprieto la boca-. Y tiemblo. Y tiemblo mi desgaste aun cuando me desgasto.

Y es que no me gusta desnudarme. No me gusto desvestido. ¿Cómo es, entonces, que me gusta que me desnude y que me toque tanto como ahora, y que me roce apenas, y que me tome por completo… y que se vuelva uno solo conmigo, así con fuerza, más y más fuerza? Y es que no lo quiero fuera, no lo quiero como un otro: solo quiero que se quede, que se quede siéndome».


1 comentario:

  1. XQ LA IMAGEN ESTÁ CENSURADA? IAHDJSHD

    Ignorando ese detalle, este shot es la gloria.

    ResponderEliminar