Palabras del Autor.

Suspendido indefinidamente.

Un saludo y Gracias.

martes, enero 21, 2014

Sekai Ichi Hatsukoi: Intense Intent.

Intenso Intento.

Forcejean. Sus mirares se golpean, se atosigan, se persiguen. La serenidad suya, del que lo sujeta, permanece inalterada a pesar de las circunstancias. Aquellas muñecas, un tanto frágiles, se retuercen, se agitan, se tensan. El claro de esa piel se sonrojiza, la presión sobre ella aumenta lenta y tediosa, su mirar permanece fijo... algo busca.

«No lo hagas» piensa el otro con el mirar ahogado. Abrupto se ve arrastrado, a la fuerza, pegado -ahora- contra la pared, arrinconado, encadenado por aquellas manos, fuertes manos, que lo toman con grácil delicadeza. Sus mirares se abofetearon. Las voces se percatan del silencio: -¡Ya déjame!- grita aún cuando el forcejeo ha desaparecido. El enrojecimiento se escurre -ahora- a sus mejillas.

«No lo hagas» piensa de nuevo, el otro, al vérsele casi imposibilitada la pérfida escapada que, de a poco, se negaba -o empezaba a hacerlo-. Esa mirada, profunda, sigue escarbando la suya: se seducen. Él no lo sabe, tal vez aquel si -tal vez sea esa su intención-, quizá...

Se desanclan sus manos, le abandonan las muñecas, se escurren, como caprichosas, por encima de sus ropajes (los del otro), tanteándole la figura, tanteándole el nerviosismo, irritándole la paciencia. Se inclina lento hacia él, se inclina de cuerpo contra su encarcelamiento desencadenado. Aquel, en su intento de huida, recuerda la pared de su cárcel, recuerda el impulso de 'quedarse a la fuerza'.

Huye de mirar, apenas. Sus manos permanecen contra la pared, aún cuando éstas yacen sueltas. «Haz algo» piensa al cerrar los ojos, como asustado. Pero no es miedo, aquel lo sabe. Aquella mirada lo sabe. Aquellas manos, fuertes manos, lo saben. Hasta cierto punto, él mismo lo sabe. Lo sabe, tal vez minimalistamente, pero sabe que lo sabe.


Por lo pronto, se desencuentran. «Haz algo» piensa tras volverle la mirada. Un beso súbito se arroja de bruces en su contra. Un abrazo, fuerte abrazo, lo saca del encarcelamiento, lo arrastra consigo -y él se niega- y lo deja caer sobre el sofá. Y él se vuelve, ahora, su cárcel. Él se vuelve verdugo. Él se vuelve invasor, retor, enemigo... se vuelve amante.

Se resbala un quejido, una lágrima... se escurre un 'no' como ahogado, se aplaca la circunstancia, se escapa un nombre de entre sus labios:

- Takano... -


1 comentario:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH AKSHJSBDWJSH, No es justo que me hagas pensar en mi otp(?) Solo se vuelve mas perfecto aksbsh

    ResponderEliminar